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Crecimiento personal
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El deseo de crecimiento personal
Suele surgir, generalmente, del dolor emocional, la insatisfacción o el malestar psicológico, que empujan a una persona a mirar en el interior de sí misma para intentar buscar soluciones, superar problemas y superarse a sí misma.
Por este motivo, el dolor emocional y la insatisfacción con uno mismo no es necesariamente algo negativo, sino que nos está indicando que algo anda mal, o que lo que somos no se corresponde con lo que desearíamos ser y nos empuja hacia el cambio y hacia el crecimiento personal.
La persona totalmente satisfecha consigo misma tal vez se sienta más feliz
Pero no habrá nada en ella que le empuje a evolucionar, mejorar y desarrollar sus capacidades y fortalezas. La ausencia total de dolor y sufrimiento o de obstáculos en nuestras vidas, muy probablemente nos convertiría en personas arrogantes, como poca capacidad de empatía y compasión por los demás, porque es a través del sufrimiento como la mayoría de las personas entienden este tipo de emociones tanto en sí mismos como en los demás. No es raro, por ejemplo, que una persona que ha sido madre empiece a sentir más compasión por los niños en general, debido a su propia implicación personal con ellos. Del mismo modo, cuando nos implicamos en nuestros propio dolor, aprendemos a ser más empatícos y compasivos con el dolor de los demás.
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Esto es así porque el deseo de crecimiento personal forma parte de nuestra naturaleza
Es una poderosa fuerza que nos empuja inevitablemente, porque constituye nuestra misión más básica y fundamental en la vida. Puedes resistirte a esa fuerza e ignorarla pero nunca podrás aniquilarla. Si no te implicas conscientemente en tu desarrollo y crecimiento personal, algo dentro de ti te empujará hacia experiencias y situaciones que te obliguen a hacerlo.
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Las bases del crecimiento personal
La base fundamental de crecimiento personal es simple: consiste en mirar dentro de ti, lo bueno y lo malo, lo que te agrada y lo que te espanta, pero siempre desde la aceptación y la compasión hacia uno mismo. Sin esto último (la compasión hacia uno mismo) el crecimiento o desarrollo personal no es posible. Por tanto, ese debe ser el primer paso: ser capaz de ver en tu interior sin juzgar, sin despreciarte ni criticarte y sin tener miedo de mirar cara a cara lo peor o más desagradable de ti.
Uno de los mejores modos de hacer esto es mediante la meditación, porque es un método que te ayuda a aprender a controlar tu atención, a dirigirla hacia donde desees dirigirla y a prestar atención a lo que sucede dentro de ti sin juzgar ni quedarte atascado en tus propias emociones y pensamientos.
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Los componentes del crecimiento personal
Una vez hecho esto, los distintos componentes del crecimiento personal podrían ser los siguientes:
- Conocer tus puntos débiles y fuertes.
- Desarrollar tus fortalezas.
- Tratar de pulir tus defectos.
- Tener claro qué es lo más importante para ti: amor, autoestima, valor personal, amistad, pertenencia a un grupo o comunidad, logro, reconocimiento social, cooperación, altruismo, espiritualidad, religión, etc.
- Decidir qué necesitas cambiar o mejorar y establecer metas para lograrlo.
- Tener claro qué deseas hacer con tu vida, como quieres que sea y como deseas vivirla.
Debilidades y fortalezas
Esta es una lista de debilidades y fortalezas (o defectos y virtudes) que puedes utilizar como guía para descubrir aquello que necesitas pulir o fortalecer, o simplemente para conocerte mejor y ser más consciente de tus puntos fuertes y débiles. Por supuesto, la lista podría ser mucho mayor y puedes encargarte de ampliarla para añadir algo que falte, pero te servirá como ayuda en tu proceso de autoconocimiento:
Debilidades: baja autoestima, autodesprecio, infravaloración, miedo, agresividad, excesivo deseo de complacer, perfeccionismo excesivo, deseo excesivo de control, rigidez, intolerancia, arrogancia, pesimismo, excesiva desconfianza, egoísmo excesivo, problemas para controlar las emociones, dependencia, resentimiento, indecisión, falta de confianza, negar la realidad, dominancía y deseo de control de los demás, apatía, resignación, etc. En cuanto a tu forma de pensar: ideas falsas, estereotipos, ideas irracionales, errores de pensamientos, etc.
Fortalezas: inteligencia, creatividad, compasión, empatía, generosidad, altruismo, ética, bondad, justicia, capacidad de trabajo, sentido del humor, perseverancia, autocontrol, fuerza de voluntad, optimismo, buen humor, amabilidad, comprensión, tolerancia, flexibilidad, independencia, seguridad, confianza, cooperación, gratitud, esperanza, resilencia, etc.